El Mercedes 170 SD modelo 1951 fue el primer vehículo diésel fabricado en serie de la historia de la automoción, y fue asimismo el primer Mercedes-Benz con el sufijo "S" en su nombre, que le otorgaba un nivel superior de confortabilidad y calidad.
El punto de inicio para estos coches fue la presentación del tipo "170V" en 1936 en la Feria Internacional del automóvil de Berlín. El nuevo modelo surgió de combinar el sistema de suspensión independiente en las 4 ruedas, el sistema de frenos hidráulicos y el de engrase central monopresión del anterior modelo tipo "170" de 6 cilindros, con el nuevo bastidor de tubo ovalado en forma de "X" y un nuevo motor de 4 cilindros.
El resultado fue un modelo económico, con extraordinarias prestaciones, que sufrió muy pocas modificaciones hasta el año 1953, y que ofrecía diferentes versiones hasta septiembre de 1955, exclusivamente en carrocería tipo sedán de cuatro puertas.
El Mercedes 170 SD en cualquiera de sus versiones fue capaz de ofrecer unas prestaciones suficientes, una fiabilidad pétrea y una economía en el consumo de combustible desconocida hasta entonces, de modo que, con el añadido de una estrella en su capó, y a pesar de su alto precio de venta, sentó las bases del actual éxito del motor diesel.